Te contamos qué es la TAE, para qué sirve o su diferencia con el TIN.
Si quieres saber qué es el TAE de un préstamo (o Tasa Anual Equivalente) debes tener presente que no es más que una fórmula que nos permite conocer cuál es el coste real de una operación en un período de un año.
La TAE está compuesta por el tipo de interés nominal, las comisiones y el plazo de la operación.
Este cálculo fue puesto en vigor en 1990 por el Banco de España para averiguar el valor real del dinero a devolver a la entidad bancaria. De esta forma, el consumidor se encuentra protegido y puede conocer la cantidad final que debe abonar a su entidad en un plazo fijado por ambas partes.
Pongamos un ejemplo ficticio que podamos entender y que nos dé una pista sobre cómo calcular el monto que deberíamos devolver a la hora de finalizar con la amortización de nuestro préstamo:
Acudes a la oficina más cercana de tu banco para comunicarle que deseas acceder a un préstamo personal de 125.000 euros con un TAE de 2,5%. Haciendo el cálculo porcentual sabremos que la cifra final a entregar por el préstamo supone 128.125 euros.
Merece la pena recordar que a esa cantidad acumulada hemos de incluir un conjunto de imperativos bancarios tales como comisiones u otros gastos que puedan redundar en cambios inesperados para el deudor.
De manera general podemos decir que cuanto más elevado sea el préstamo que estemos solicitando, menor será la tasa porcentual anual (TAE). En el caso de las tarjetas de crédito, por ejemplo, encontraremos tasas entre el 5% al 30%, variando esta tarifa según el historial de crédito del que disponga el cliente.
La TAE puede servirte para conocer las características de un producto y comparar con un mismo plazo. No compares la TAE de un préstamo personal con la de un préstamo hipotecario o la de un préstamo a tipo fijo con la de uno a préstamo variable.
Si bien la TAE de un préstamo hipotecario posee una tasa inferior a la de un préstamo personal, los gastos totales que se derivan del primero generan un sobrecosto mayor si tomamos en cuenta otros trámites como los de notario, tasación u otras comisiones inherentes a su apertura.
De igual manera, es complicado calcular el tipo de interés que podremos tener en un préstamo a tipo variable.
Como anticipamos en los primeros párrafos de este post, el principal objetivo de la TAE es el de garantizar una mayor protección financiera al consumidor, brindando en todo momento información clara que pueda disipar sus dudas ante el precio final a pagar en un préstamo.
Por ello, es que es de obligatoriedad aparecer en todos los documentos que las entidades entreguen a los reclamantes de un préstamo, así como la publicidad que pueda aparecer en medios audiovisuales o escritos.
Pero hablemos de otro concepto que tiene una estrecha relación con la TAE. Hablamos del TIN.
Al igual que la TAE, el TIN es un concepto que viene definido y puesto en vigor por el Banco de España. TIN significa literalmente Tipo de Interés Nominal y debe estar reflejado en los documentos que las entidades bancarias contraen con el deudor tales como: depósitos, créditos o préstamos.
La principal diferencia entre el TIN y TAE es que el TIN representa el monto que debemos pagar al banco en concepto de intereses. No es, por tanto, el valor final que entregaremos a la entidad al finalizar nuestro préstamo.
Si queremos calcular el TIN de un préstamo con carácter mensual (no tiene por qué ser anual como el TAE), debemos sumar el euríbor a la diferencia que la entidad bancaria nos brinda.
Pese a que la TAE puede parecer a primera vista un concepto complicado para los neófitos en términos financieros, lo cierto es que es un cálculo sencillo que puede aclararnos cualquier asesor de nuestra entidad en caso de duda.